Hoy
quiero intentar describir cuáles fueron mis sensaciones en la primera sesión
"en serio" que realicé.
Fue
una sesión de embarazo para mi querida amiga Irene, que se prestó de conejillo
de indias para que yo pudiera seguir practicando esta afición tan gratificante
y complicada al mismo tiempo.
Antes
que nada quiero agradecerle la ENORME paciencia que tuvieron conmigo ella y su
mamá, que también estuvo aquella tarde allí, cuidando de su hija a la que le
quedaban apenas unas semanas para dar a luz a Alicia.
También
se daba el hecho de que iba a estrenar el pequeño estudio que me habían traído
los Reyes Magos y que aún no dominaba.
Fue
una tarde de charlas, risas, recuerdos... Somos amigas desde que estábamos en
el instituto, hace una década y pico ya... :) y la llegada de Alicia era para
nosotros un bebé muy especial y deseado.
Así
pues, os dejo con las fotos que resultaron de aquella tarde. Me sorprendí yo
misma al ver lo que había conseguido y como las hice con muchísimo cariño, creo
que reflejan muy bien esas sensaciones que viví aquella tarde, como os decía al
principio del post. Sensaciones que rondaban entre el nerviosismo por hacerlo
bien y que quedara bonito, sin ser pesada pidiéndole a la futura mamá que se
pusiera de una postura o de aquella otra, miedo por no obtener ningún resultado
aprovechable después de toda una tarde de sesión, miedo por que no les gustara
a los papás (Daniel e Irene) las fotos ya editadas... En fin, miedos, muchos
miedos...
Finalmente
fue muy gratificante que al entregarles las fotos me dijeran que les habían
gustado mucho. Incluidas un par de ellas dedicadas especialmente al papá, Dani.
Que es un fan incondicional de Michael Jackson y Peter Pan y al que, mediante
fotografías, dedicamos un pequeño guiño su mamá, Alicia y una servidora. Aquí
os dejo con dos de mis fotos preferidas de la sesión y os invito a que veáis el
resto en la web.
¡Hasta
pronto!